sábado, 30 de mayo de 2009

Para familiares de personas con trastornos alimentarios


Prevención para padres.

Existen muchas cosas que la familia puede hacer para prevenir los trastornos alimentarios. Estas son algunas de ellas:

  • Construye la autoestima de tus hijos. Incítales a descubrir sus posibilidades, pero no te pases la vida diciéndoles lo mucho mejores que podrían ser.
  • Acepta a tus hijos sin tener en cuenta para nada su peso. Hazles saber que el cuerpo de cada persona es único y valioso. No estaría mal que aceptases tu propio aspecto primero, para ser convincente.
  • Enseña a tus hijos a comunicarse con firmeza y aliéntales a defender sus ideas y opiniones. Tus hijos necesitan ser capaces de resistir las enormes presiones sobre el aspecto físico y el control del peso que provienen de la gente de su edad, los grandes medios de comunicación y de muchos adultos.
  • Anímales a la actividad y a disfrutar de la vida. No les hagas sentir culpables por pasárselo bien.
  • No castigues o premies a tus hijos con comida, ni siquiera cuando son pequeños.
  • No les limites la comida a menos que el médico diga otra cosa. Que coman lo que les apetezca y les siente bien.
  • Se abierto. Tus hijos pueden ser jóvenes, pero no son en absoluto idiotas. Al igual que puedes explicarle de dónde vienen los niños, puedes hacerles entender las consecuencias negativas de las dietas incontroladas y de la presiones para "tener un cierto aspecto".
  • No limites tus actividades por tu aspecto. Si tu te acomplejas, tienes todos los números para que ellos se acomplejen también.
  • Enséñales en casa a comer una dieta variada y equilibrada. No recurras a la comida rápida a la primera de cambio.

¿Cómo entrar a una persona que sufre un trastorno alimentario?

Estas son algunas de las líneas principales que deben seguirse a la hora de tratar con una persona de la que se sospecha que padece trastornos alimentarios.

  • No niegues a tus hijos la guía paterna, pero recuerda siempre que necesitan desarrollar sus habilidades como futuros adultos. No es un bebé.
  • Háblale con confianza y preocupación. No tengas miedo de ser tan claro como sea posible.
  • Evita concentrarte en su aspecto. Comentarios como "¡ya estás demasiado delgada!" o "¡qué dices, con lo bien que estás!" no hacen otra cosa que aumentar sus obsesiones con el aspecto corporal.
  • Explícale honestamente por qué sospechas que sufre un trastorno alimentario. Cuéntale lo que has observado, no le prepares "trampas"; no es una discusión a ver quién gana. Por ejemplo, es correcto decir: "Me he dado cuenta que te estás saltando comidas, que comes menos en cada comida y que haces demasiado ejercicio. Es obvio que estás perdiendo mucho peso. Me preocupa tu salud".
  • Cuando comience el tratamiento, sé natural y cariñoso, pero no discutas sobre la comida, el peso o el aspecto. No insistas en que coma o cambie sus actitudes; conforme el tratamiento progrese, lo hará de forma natural.

¿Cómo ayudar a una persona con un trastorno alimentario?

Recuerda siempre sus intensos sentimientos de miedo e inadaptación. Los castigos, los enfados y la impaciencia no harán otra cosa que agravar los síntomas. Sé natural y cariñoso, pero no premies el comportamiento enfermizo ignorándolo. Tienes un problema; quizás estas ideas te ayuden:

  • Reúne información, consigue datos sobre el tratamiento en un centro de salud o preguntando al personal educativo. Obtén ayuda voluntaria. Ni se te ocurra pensar que ésto es algo "que debes manejar tu solo". No puedes.
  • De manera cariñosa y sin hacer juicios de valor, dile a la persona lo que has observado y sugiérele que debe buscar consejo médico y sicológico.
  • Si es un menor, habla de lo que has observado con sus padres (si es que no es tu hijo).
  • Si la persona afectada o sus padres no quieren reconocer que hay un problema, consulta con educadores, supervisores, psicólogos, la asistencia social, asociaciones de apoyo...

¿Cómo hacer que tu familia sobreviva a la experiencia?

La familia no cura los trastornos alimentarios; ésto tienes que tenerlo claro. Pero si no llevas cuidado, la propia familia puede ser otra víctima de la enfermedad. Te ofrecemos algunos consejos para evitarlo.

LO QUE HAY QUE HACERLO QUE NO HAY QUE HACER
  • Mantén un registro escrito del comportamiento problemático.
  • Edúcate y educa a tu familia sobre los trastornos alimentarios.
  • Acude a un grupo de apoyo. Busca consejo de sicólogos, trabajadores sociales y personas de tu confianza.
  • Cuéntale a la víctima, con claridad, lo serio de tu preocupación, tu convicción de que necesita tratamiento, y tu voluntad de proporcionarle apoyo emocional, financiero o de cualquier otro tipo.
  • Demuestra responsabilidad, autoridad y sabiduría a la hora de obtener tratamiento para menores.
  • Date cuenta de la importancia de la extrema paciencia; la recuperación es un proceso gradual, a veces muy largo.
  • Date cuenta que el tratamiento debe afectar a todas las dimensiones de la vida de la víctima; eso incluye las físicas, psicológicas, conductuales, educacionales, sociales y culturales. O sea que puede que haya cosas que no te gusten nada.
  • Recuerda que la familia, de por si sola, no cura los trastornos alimentarios.
  • No rechaces la ayuda de otras personas que hayan observado el comportamiento problemático. No es sólo asunto tuyo. Comparte tus preocupaciones.
  • No hables de tus preocupaciones con la víctima antes de ser capaz de recomendar una salida o tratamiento. No antepongas las necesidades de la víctima a las tuyas.
  • No esperes que la víctima acepte que tiene un problema a la primera. Lo más normal es que la persona se sienta terriblemente asustada ante la perspectiva de tener que dejar el comportamiento anómalo, y responda negativamente.
  • No permitas a la víctima que altere toda tu vida a través de la manipulación, las discusiones, las amenazas, las acusaciones, la culpabilidad, el chantaje emocional o el resentimiento. Y lleva cuidad no sea que lo hagas tu.
  • No te opongas a la terapia familiar. En ocasiones, es una parte importante del tratamiento. Es posible que todos necesitéis ayuda.
  • No dejes que las influencias negativas te programen. Ama a tu familia y tus amigos por sí mismos, no por su apariencia, peso o éxito.

  • No permitas que la culpabilidad o la depresión te coman el tiempo. Puedes ayudar a la recuperación con una actitud positiva y haciendo lo que necesites hacer.

Para familiares de enfermos con depresión.

No debe olvidarse que los que rodean a un deprimido también sufren. Generalmente no entienden lo que está pasando, ya que aparentemente no hay motivo para el estado del enfermo.
Es esencial, la adopción de una actitud comprensiva y abierta, que permita que se desarrolle el diálogo y se pueda ir restableciendo la objetividad poco a poco; recordemos que el deprimido suele tener una especial sensibilidad para los aspectos tristes, siendo incapaz de ver los positivos.
Es inútil pedirle a un deprimido que te explique lo que le pasa, no podrá hacerlo, no sabe lo que le pasa. Si se insiste en ello, lo único que se conseguirá, es convencerle más de que no se le entiende, y en algunos casos irritarle. Tampoco se debe pretender argumentarle que vea la realidad con objetividad, no podrá. Hay que entender que no está así por su gusto. Que no servirá de nada que le digamos que se anime o que se involucre en actividades. Lo que suponga un esfuerzo no está de su mano.


Según la gravedad, hay cosas que no puede hacer, como divertirse, por mucho que otros se empeñen, ir a trabajar, viajar, leer, ver televisión, pescar, etc., suelen ser consejos que el deprimido no puede seguir. Lo mejor que pueden hacer las personas que se encuentren cerca de un deprimido, es transmitirle el sentimiento de que se les quiere y de que se tiene interés en ellos, sin agobiarles, y manteniendo una actitud de espera activa, convencidos de que saldrá de su situación. Simultáneamente a lo anterior, deben de tratar que el enfermo acepte la ayuda especializada de un psiquiatra o psicólogo.
Lo más importante que alguien puede hacer por la persona deprimida es ayudarle a que reciba el diagnóstico y tratamiento adecuados. Esto tal vez implique que tenga que aconsejar al paciente para que no deje el tratamiento antes de que los síntomas puedan empezar a aliviarse (varias semanas). Tal vez implique ayudarle a obtener un tratamiento diferente, si no se observa ninguna mejoría con el primer tratamiento. En ocasiones puede requerir que el familiar o amigo haga una cita y acompañe a la persona deprimida al médico. A veces es necesario asegurarse que la persona deprimida esté tomando el medicamento. A la persona deprimida se le debe recordar que obedezca las órdenes médicas con respecto a beber bebidas alcohólicas mientras está medicado. Otra cosa muy importante es dar apoyo emocional. Esto implica comprensión, paciencia, afecto y estímulo. Busque la forma de conversar con la persona deprimida y escucharla con atención. No minimice los sentimientos que el paciente expresa pero señale la realidad y ofrezca esperanza. No ignore comentarios o alusiones al suicidio. Informe al terapeuta si la persona deprimida hace comentarios sobre la muerte o el suicidio. Invite a la persona deprimida a caminar, pasear, ir al cine y a otras actividades. Persista con delicadeza si su invitación es rechazada. Fomente la participación del paciente en actividades que antes le daban placer, como pasatiempos, deportes, actividades religiosas o culturales, pero no fuerce a la persona deprimida a hacer demasiadas cosas demasiado pronto. La persona deprimida necesita diversión y compañía, pero demasiadas exigencias pueden aumentar sus sentimientos de fracaso.
No acuse a la persona deprimida de simular enfermedad o ser perezosa, ni espere que salga de esa situación de un día para el otro. Con tratamiento, la mayoría de las personas mejora. Tenga eso presente y continúe repitiéndole a la persona deprimida que con tiempo y ayuda va a sentirse mejor.

Fuente:



El mejor consejo para familiares de un depresivo.


Aunque vamos a dar más consejos, el mejor que se puede dar, es el siguiente, además de informarse, para conseguir acercarse, a lo que pueden sentir, solo acercarse, no entender, solo ellos lo saben, es:

El único tratamiento que la familia puede suministrar es el de una combinación de cariño y de comprensión. El paciente depresivo puede estar irritable y antipático, pero no es por culpa suya. Bastante pena tiene, y, a pesar de que intentase esforzarse, las más de las veces no conseguiría sobreponerse.

Es importante saber que, cuando el paciente lo está pasando mal, no podemos hacer casi nada para mejorarle. No podremos animarle ni consolarle. Lo mejor es dejarle tranquilo, aún a sabien das de que, a lo mejor, se enfadará "porque no le hacemos caso". De la misma manera que "si le hacemos caso" se enfadará "porque le atosigamos". Es realmente difícil contentar a quien está padeciendo un trastorno depresivo, y la mejor opción es cargarnos de paciencia, y esperar que el tratamiento surta su efecto.

Consejos para familiares y amigos de como afrontar una crisis de esquizofrenia.



  • Recuerde que la persona con esquizofrenia puede estar aterrada de sus propios sentimientos de pérdida de control. Lo que las personas con esquizofrenia ven u oyen es absolutamente real para ellos, no importa lo increíble que le resulte
  • No amenace, no grite, no critique, no intente engañar y no utilice el sarcasmo como arma
  • Evite las distracciones y apague la TV o la radio o el lavavajillas, etc.
  • No se pelee con otros miembros de la familia sobre lo que hay que hacer
  • No permanezca de pie cuando la otra persona esté sentada
  • Evite mantener la mirada fija o tocar a la otra persona
  • Conceda las peticiones que sean razonables
  • No bloquee la salida ni cierre con llave las puertas
  • Intente recordar la ropa que lleva puesta por si se fuera de casa y tuviera que hacer una descripción
  • Elabore y tenga a mano una lista de los números de teléfonos de:
      • el médico de familia
      • el psiquiatra
      • un centro de urgencias con ingresos psiquiátricos
      • la policía
  • Compruebe que sabe a que hospital debe acudir en caso de urgencia
  • Decida con antelación quien se hará cargo de los niños (en caso necesario)

Suele ser una buena idea elaborar un “documento con las medidas a instaurar” consensuado por la persona con esquizofrenia y su familia o cuidador. Ese documento puede incluir la siguiente información:

  • Nombre y detalles de contacto de un miembro de la familia o de un amigo al que se le ha otorgado la autoridad de actuar como defensor
  • Una lista de las áreas en las que el defensor puede tomar decisiones. Por ejemplo: medicación, otros tratamientos, asuntos económicos, etc.
  • Una lista de las medicaciones que la persona con esquizofrenia preferiría evitar.

Enlace de descarga de información.

Aquí teneis un enlace, donde podeis descargar facilmente, los siguientes libros y manuales:



Esta útil guía jurídica para familiares de enfermos mentales y usuarios de salud mental quiere dar respuesta a las preguntas más frecuentes que, sobre temas jurídicos, se hacen los familiares de personas con enfermedad mental y usuarios de los servicios de salud mental.



Este libro infantil pretende que cualquier niño conozca la enfermedad mental, y en especial está dirigido a todos aquellos que tengan un familiar con esta patología.

Incluye orientaciones para los educadores para abordar la enfermedad mental con los niños en edad preescolar.
Constituye una herramienta excelente para combatir el estigma, educando a las nuevas generaciones en esta cuestión de salud mental lo antes posible.



La Comunidad de Madrid ha reeditado por tercera vez la guía "Discapacidad intelectual y salud mental", un manual realizado por la Consejería de Familia y Asuntos Sociales en colaboración con la Fundación Pardo Valcarce que pretende ser una herramienta de apoyo para las personas con discapacidad y sus familias, así como para los profesionales de la salud mental.

Estos 3 títulos junto con los citados a continuación y otros más:

.-Consejos para un trato adecuado a las personas con discapacidad.

.- Cuestionario sobre " Consejos para un trato adecuado a las personas con discapacidad"

.- XV Jornadas de congreso de FEAFES.

.- La salud mental es cosa de todos.

Los podeis descargar en pdf en el siguiente enlace:


.-

Información y educacion a familiares, de enfermos mentales.


Las personas que sufren una enfermedad mental mantienen unas relaciones familiares mínimas. Las familias se convierten en una pieza clave para evitar la institucionalización. Pero las familias que conviven con un enfermo mental, tienen unas necesidades específicas que no se pueden olvidar sino que quiere poner en peligro a todo el núcleo familiar.

Un enfermo mental implica repercusiones en la familia, tanto respecto a las interacciones emocionales como en cuanto a ocio, actividades domésticas y situación económica. No todas las familias quieren “desembarazarse” de un enfermo mental, pero todas precisan y demandan apoyo y asesoramiento. Demandan información sobre la enfermedad y el tratamiento, así como indicaciones acerca del modo de relacionarse con el enfermo.

Por ello les ofrecemos una serie de consejos que pueden serles útiles en su vida diaria:

• Los enfermos mentales tienen una serie de problemas médicos y sanitarios que precisan atención y seguimiento por parte de los equipos de salud, tanto desde el nivel de atención primaria como desde el de atención especializada, específica de salud mental. Por ello es necesario que las familias sean conscientes de que un seguimiento adecuado es necesario para prevenir recaídas que harían difícil la permanencia de estos enfermos en su medio familiar y social.

• Las familias deben ser o conocer que a pesar de que el familiar enfermo mental conviva con ellos y posea un nivel relativamente aceptable de autonomía, éstos siguen precisando apoyo y protección, cuidados socio-sanitarios constantes y revisión sostenida de su estado y sus necesidades.

• Observar los cambios de conducta que pueden mostrar los adolescentes, ya que el primer brote psicótico suele aparecer entre los 16 y 17 años. En caso de depresiones, pueden aparecer incluso antes.

• Acudir a un especialista ante los primeros síntomas que detecten.

• No seguir los consejos ofrecidos por vecinos o desconocidos y atender las indicaciones de los facultativos especializados en enfermedades de este tipo.

• Paciencia.

• Observar al enfermo discretamente e intentar descubrir los brotes agudos de la enfermedad lo antes posible.

• Tanto el paciente como la familia precisan de apoyo psicológico.

• Cuando tengan algún problema asistencial, deberán acudir al centro de control.

• Los familiares deben saber que cuando el enfermo sufre algún accidente en el que padecen algún trastorno físico (Ej. Fractura), durante el tiempo que dure la lesión, por lo general, no suele sufrir ningún brote agudo.

• Pueden acudir a asociaciones de enfermos mentales.

Fuente:

http://www.enfervalencia.org/ei/anteriores/articles/rev54/artic06.htm


El aprendizaje de la vida no acaba nunca, siempre, más allá hay un horizonte nuevo. Aunque a lo lejos todo parezcan nubarrones, no dudes en andar tu camino.